El Primer Hermano Verbita en Bolivia

«Era un día sábado cuando llegamos, y esa misma tarde; a las tres, nos pidieron celebrar un bautismo. El Padre Daniel López celebró el bautismo y muy pronto fuimos acogidos por los vecinos”. Con estas palabras emotivas el hermano Huberto Jacobs, recordó los primeros instantes de la presencia de la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino en territorio boliviano.

Piotr Nawrot que por entonces realizaba estudios de castellano en el instituto Maryknoll de Cochabamba, fue el encargado de recibir a los tres primeros misioneros procedentes del Paraguay, que llegaban a Bolivia, con el encargo de sembrar la Buena Noticia de Jesucristo en estas tierras.

“Nos quedamos unos días en la parroquia de Cala Cala y muy pronto nos trasladamos a nuestra casita, que era un cuarto alquilado, de la Señora Mamí Antezana”. Esta habitación se encuentra ubicada al frente de la capilla de Nuestra Señora de la Merced, en la zona de Sarco.

El Hno. Hubert recuerda que “el cuatro estaba lleno de murciélagos. Lo limpiamos pero estos bichos no olvidan su guarida y nos visitaban por algún tiempo”. Asegura  que aquellos primeros tiempos de la comunidad verbita incluso no tenía acceso al agua potable, la zona no tenía tanto desarrollo como ahora. Recogían agua de una vertiente. Les dijeron que era sana, pero pronto notaron que estaba llena de bichos.

«En aquel tiempo,» rememora el Hno. Jacobs, «la casa no tenía baño y sus necesidades las tenían que hacer entre los maizales. Era divertido señala, “sólo las vacas nos espiaban”. Todas estas dificultades lo superaron con el apoyo y el contacto de los vecinos.

Una persona clave que apoyó a los misioneros fue don José Mena que les construyó un baño; entonces ya estaban mejor. Con sonrisa y un constante apretar y descansar sobre las rodillas, el Hno. Huberto Jacobs desencadena recuerdos de los primeros tiempos de la comunidad verbita, allá por el año 1982.

Por un tiempo vivieron en la casa de don José Mena. Transcurridos unos años tomaron una vivienda en la Av. Melchor Pérez, en ambos casos en alquiler. Han pasado 30 años  de un intenso proceso de educación y acompañamiento a los feligreses de una zona urbana marginal que prácticamente sufrió grandes cambios a nivel de infraestructura y servicios.

En agosto de aquel mismo año, 1982, el Arzobispo de Cochabamba, creó la Parroquia “Madre del Verbo Divino”, con el desmembramiento de territorios marginales y desatendidos de las parroquias de Santa Ana de Cala Cala, Cristo Rey, y de “Nuestra Señora de la Anunciación” de Cochabamba.

Desde entonces para adelante se inició el proceso de estructuración de una comunidad parroquial dinámica y atenta a los desafíos de la hora presente y a los signos de los tiempos. Cerca de cumplir 30 años de presencia  verbita en Bolivia y tras una caminata histórica llena de significados, -entre luces y sombras-, Huberto Jacobs ha sido testigo de los aciertos y desaciertos. Ha sido testigo de las luces y sombras de todos los años.

Cuando el Hno. Huberto retornó a su tierra, recuerdan que los ambientes del aeropuerto Jorge Wilsterman de Cochabamba, parecían los ambientes de la parroquia “Madre del Verbo Divino”. Una cantidad de amigas y amigos del primer misionero verbita, en estas tierras, se dieron cita allí, para decirle gracias por su amistad, cariño y presencia religiosa. Lágrimas, palabras amables y miradas silenciosas, pero cargadas de enormes significados, rodearon el ambiente en la despedida de Huberto Jacobs.

La única persona feliz en medio del gentío parecía ser el Hno. Jacobs, haciendo más evidente la frase que lo caracterizó entre nosotros: «me siento feliz». Este hermano regresó a su patria natal –Alemania-, después de haber aportado significativamente a la consolidación de su trabajo misionero y pastoral en la parroquia “Madre del Verbo Divino”.

Antes de salir de Bolivia, Huberto Jacobs dijo que existe un gran desafío para el apostolado de la iglesia y de la Congregación de manera muy particular: el trabajo con la juventud requiere especial atención. Exhortó a los cohermanos a que dediquen su tiempo y sus energías a la juventud.

Huberto que llegó a Bolivia (Cochabamba) un día sábado, retornó a su patria un día martes a las dos y media de la tarde y se fue, agradecido por la acogida y el reconocimiento de la gente. Huberto ya es parte de los 30 años de la presencia de los Misioneros Verbitas en el país. Huberto ya no está entre nosotros, pero su ausencia se está convirtiendo en presencia saludable, gracias a la singular personalidad.

 

Tomado de la Revista «Punto de Encuentro» 2002

* El 12 de junio de 2024 el hermano Huberto fue llamado a la casa del Señor. Que descances en paz, hermano!

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