La ceremonia, de casi dos horas de duración, estuvo repleta de rituales simbólicos y lecturas bíblicas, que pusieron de relieve la unidad familiar de la Congregacion. El Padre Anselmo y sus Consejeros aceptaron formalmente sus cargos, apoyados por las sentidas palabras de sus predecesores.
El Superior General saliente, el Padre Paulus Budi Kleden, pronunció un inspirador sermón, destacando el propósito misionero de ser profetas, hermanos y colaboradores. Subrayó el papel de los nuevos lideres para guiar a la Congregación hacia estos ideales, haciendo hincapié en la importancia de un enfoque sinodal y de colaboración que valore la contribución de cada miembro. El Padre Anselmo expresó su profunda gratitud al Consejo saliente, reflexionando sobre su trayectoria y la importancia de este enfoque.
La liturgia estuvo llena de diversidad cultural. Contó con una procesión capitular africana de la Palabra de Dios, acompañada de tambores, y una procesión filipina del ofertorio con la danza tradicional Sinulog. La colocación de la imagen del Santo Niño sobre los hombros de los Superiores Generales saliente y entrante fue un gesto simbólico de aliviar las dificultades de los nuevos líderes, que puso de relieve la unidad y la misión compartida que nos une a todos.
La celebración concluyó con un aperitivo y un almuerzo. Sin embargo, el ambiente fue el espíritu de familia y la entusiasta expectación por los cambios positivos y las nuevas orientaciones bajo la nueva dirección. Este acontecimiento llenó a todos de un profundo sentimiento de esperanza y optimismo, inspirando a todos a dejar brillar su luz ante los demás y a convertirse en discípulos fieles y creativos.
Fuente: svdcuria.org