* Tenemos Que Confiar *
Iryna es una joven madre. Con su esposo y su hijita de cuatro años tenían en Kiyiv, Ucrania una vida tranquila. Hasta que comenzó el conflicto… “Cuando empezaron caer los cohetes rusos a los edificios civiles de nuestra ciudad, no entendíamos que sucedía… No sabíamos dónde escondernos.
Dormíamos vestidos, con zapatos puestos, por si acaso tendríamos que salir de prisa. Decidimos escaparnos de la ciudad al campo donde vivía mi prima. No llevamos muchas cosas, pensábamos que íbamos a volver en un par de días. En el camino hacia allí nos dimos cuenta que tampoco era seguro y decidimos viajar al occidente del país hacia otros familiares. Todos huían allí. La cola de movilidades era inmensa, después de seis horas avanzamos solo un par de kilómetros, así que pasamos en contra ruta. Llegando al occidente no me sentía segura, la guerra está en toda Ucrania. Por la seguridad de mi hija, cruzamos la frontera…”, cuenta Iryna que en Ucrania dejó todo: su hogar, a su esposo, a su hermano con familia, a su padre y a muchos amigos. “Ahora es tiempo, en que tenemos que confiar en otras personas, en situaciones ajenas, y sin muchas preguntas”, dice Iryna que fue recibida por una familia joven en un país extranjero. “Ver a mi hijita jugar tranquila con otros niños, me hace olvidar la guerra por unos momentos. Mis pensamientos están siempre con mis seres queridos en Ucrania.”
(recogido de la prensa)
Mt 1, 18-24
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.» Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
El evangelio de Mateo nos habla sobre el origen de Jesucristo. Nosotros como los lectores tenemos una ventaja de saber, que María “quedó embarazada por obra del Espíritu Santo” (1,18), pero no es así con José. Él queda envuelto en
la duda y tiene que hacer un laborioso camino del discernimiento y escucha profunda. Mientras José está pensando en una solución legal (cf. Dt 24,1-4) para proteger la vida de María y su bebé, recibe un llamado de Dios. “No temas recibir a María, tu esposa” (v.20), le dice el ángel. Dios ayuda a José y
le anima a tomar una decisión correcta y desde su corazón amoroso. No tengan miedo de recibir… al que necesita apoyo y ayuda. Son las palabras que pueden resonar hoy en nuestro corazón. Hay tantas personas en situaciones difíciles que confiando en Dios, esperan encontrar algo de confianza en nosotros.
❁ ¿Cuál era la situación de María? ¿Cuál era el punto fuerte de José
para hacer su decisión?
❁ ¿En qué se parece la historia de Iryna a la situación de María? ¿Cómo
Iryna salió adelante?
❁ ¿Cómo construimos la confianza entre las familias (del barrio, de la
comunidad, de la parroquia)? ¿Qué mirada hacia los demás debemos
cultivar para fortalecer la acogida a los necesitados?
✎Vivir el valor de acogida como fruto de la confianza hacia Dios
y a los demás.
✎ (para los niños): Colocamos la imagen de la Virgen María en
nuestro pesebre y rezamos un Ave María por todas las personas
que necesitan ser protegidas y defendidas… y también por las
personas que no tienen miedo de recibirlas.
“Sólo una cultura social y política que incorpore la acogida gratuita podrá tener futuro.” Fratelli Tutti 141